Rodeada de la belleza de las flores desde niña, crecí en un mundo de aromas y colores. Hija de floristas, la naturaleza siempre ha sido mi refugio. Tras enfrentar un diagnóstico de ansiedad severa a los 22 años, descubrí en la meditación y la aromaterapia poderosas herramientas para encontrar mi equilibrio. Esta experiencia personal me impulsó a compartir los beneficios de las plantas y los aromas con los demás. Así nació mi propia floristería, un espacio donde la naturaleza y el bienestar se unen. Convencida del poder de las velas aromáticas para aliviar el estrés y promover la relajación, decidí crear mis propias velas, utilizando ingredientes naturales y de alta calidad. Mi objetivo es que cada vela sea una invitación a la calma y la serenidad